jueves, 2 de junio de 2011

"Nostalgia de un Jueves Santo"

A.M. San Lorenzo Mártir

"Nostalgia de un Jueves Santo"
Obra Realizada por Antonio Manuel López Carrion y Salvador Quero.


viernes, 13 de mayo de 2011

Sueños de un Lunes Santo.

 Es difícil poder explicar cómo ha sido mi primera estación de penitencia acompañando a Ntro. Padre Jesús Cautivo. No es la primera vez que lo hago, he tenido la suerte de hacerlo cuatro o cinco años en la Cruz de Guía con la Banda de Ntro. Padre Jesús de la Victoria, pero esta vez ha sido muy distinto porque ha sido junto a nuestro Titular y sobre todo representando a un grupo de la Hermandad como es la Banda de Ntro. Padre Jesús Cautivo.

El día, al igual que le ha podido pasar a cualquier hermano pues he dormido muy poco, no empezó nada bien. Lo primero que hice cuando me levanté fue mirar al cielo y realmente no me dio impresión alguna de lo que se podía avecinar. Cuando me preparé para dirigirme hacia el barrio, un escalofrío recorrió mi cuerpo, pues me llamó un muy buen amigo y me pregunto cómo estaba y me dijo: ¿Pero no te has enterado? La sensación fue de frío y calor al mismo tiempo, pero ambos inexplicables. “¿No me enterado de qué?”, y me dijo: No vais a salir. Realmente no puedo ni explicar lo que me entró por el cuerpo pero si cerré los ojos y vi como en distintas diapositivas los seis meses que los miembros de la Banda hemos estado trabajando y luchando, en muchas ocasiones, a contracorriente para este maravilloso día. Tras el teléfono escucho una voz muy lejana que me preguntaba “¿Carry estás ahí? ¿Estás bien? Y en ese momento pensé que estaba siendo muy egoísta y estaba pensando sólo en mí y en mi Banda y dije: “Lo más importante ahora mismo son nuestros Titulares, pero estoy seguro que al final salimos” Mi amigo insistía “que no, que lo están volviendo a decir, que no sale”. No le creí y me marché hacia el lugar donde habíamos quedado con la Banda.
Al llegar le dije a los responsables de la dirección que debíamos ir para la Casa Hermandad y les comenté la llamada que había tenido. Me tranquilizaron, falta me hacía por supuesto, y me recomendaron que debíamos irnos a la puerta de la Parroquia para estar a la hora fijada, mientras no nos dijesen lo contrario, pues la decisión que fuese, nos llamarían.


Un poco más tranquilo, mandé formar a la Banda y aún con mis pobres palabras, volví a darles ánimos y fuerzas a los músicos que lloraban sin todavía saber qué iba a pasar. Tras este intento de ánimo, empezamos a tocar ordinario y ha sido el pasacalle más extraño que he hecho jamás, pues solo por ver las caras de los allí congregados, no sabía si eran de felicidad o de tristeza, pues aún no tenía claro qué me iba a encontrar.

Al final, gracias a Dios, todo salió como magníficamente, y las puertas de la iglesia se abrieron y la Cofradía salió a la calle tras un monumental aplauso y a la vez un colectivo llanto de alegría de la gente allí concentrada.

El momento clave llegó y cuando vi los ciriales del Señor no sabía dónde meterme y simplemente me quedé mirándolo a la cara, con la mente en blanco, hasta que pude reaccionar y pensé: ya llego el día y estoy aquí a tu lado. De verdad, no podía dejar de mirarlo y cuando terminó la primera marcha “Cautivo”, empezó a sonar “Cautivo de Sevilla” la primera marcha que su Banda le dedica a Él. La situación cambia y noto como ahora no puedo mirarlo, antes no podía dejar de mirarlo y ahora no podía hacerlo, pues al mirarlo lo único que tenía eran unas enormes ganas de llorar, cerré los ojos para poder hacer el solo, que no se ni como lo pude hacer de lo nervioso que estaba y me acordé de personas que ya no están conmigo y que seguro, estarían súper orgullosos de escuchar un trabajo mío dedicado al Cautivo.

Era muy emotivo, verme detrás de él y a la vez, el ver recompensado todo el trabajo de estos seis meses tan duros que ha tenido mi banda. Tras tocar otro tema mío “Sueños de un Lunes Santo” desaparecieron los nervios y empecé a disfrutar de mi cofradía en la calle.

Fueron muchos momentos buenos, aunque tuvimos que correr
 bastante pero la Hermandad lo necesitaba y ahí estábamos
dispuestos a lo que hiciera falta. Pero al llegar a Campana,
de nuevo los nervios, pues la responsabilidad era alta. Tras ella,
y muy contento de la misma, de nuevo “la normalidad”
y me invadió algo la tristeza pues veíamos que se nos acababa
 un maravilloso día. Pero aún sin Postigo, nos quedaba la vuelta
 a nuestro barrio.

El ambiente era inmejorable, y estuvimos en todo 
momento dándonos ánimos. Al salir de la S.I. Catedral,
un pequeño susto al comenzar a caer una gotas de lluvia,
 pero el cielo estaba despejado y solo era una desafortunada nube.

Me quedo con una imagen, en el Parque salí a tomar un refresco y pude ver pasar a nuestro Cautivo con mi Banda detrás. Esa imagen es para mí imborrable, ver ese Parque de noche, con la candelería encendida del Paso y escuchar el ritmo de tambor, que has estado trabajando para que vaya al son del andar del Hijo de Dios y ello me dio esa pequeña fuerza que me hacía falta para la llegada al barrio, cosa que como director musical siempre es lo que más me ha preocupado.




 Cuando llegamos a la calle Tello de Guzmán me comentó el Diputado de Banda, el cual ha sido también uno de los artífices de que todo haya salido bien, y me dijo: “Carry, vamos a tocar “Soledad de San Pablo” y el paso se recreó con la marcha y aguantó el solo de corneta ya con el paso revirado y cuando terminó el solo arrancó con su peculiar andar y la calle se caía de aplausos. Ha sido para mí la mejor revirá de este Lunes Santo.

Me sorprendió, gratamente, que al entrar en la Avenida de los Teatinos la Banda venia sonando mejor que a la ida, es decir: lo que a mí más me preocupaba resultó que fue lo mejor. En mi vida había escuchado, mejor tocado, la marcha “Spes Nostra”, también un tema mío, y cuando terminó la marcha escuché a varias personas del público decir: ole, ole, y bien tocado y más aplausos. Eso nos sirvió para venirnos más arriba y pensamos: A darlo todo, que esto se acaba. Ahí el paso arrió e hicieron el ultimo relevo y me impactó muchísimo el ver a varios costaleros que salían del paso y se dirigían hacia la Banda, dándonos estampas de Nuestros Titulares, dándonos las gracias y felicitándonos y abrazándonos. Nunca podré olvidar ese momento.

En la última chicotá, antes de entrar, la Dirección fue a hablar con el capataz para dedicarle los últimos sones musicales a los costaleros y en especial, a Andrés, costalero, miembro de Junta y enlace que la hermandad tiene en la Banda y sabemos lo que ha trabajado con nosotros, como el que más y se lo merecía.

Al ver levantar el paso sentí tristeza, pues sabía que todo, al menos por este año, había terminado pero a la vez sentí alegría, porque todo había terminado como yo había soñado en mis SUEÑOS DE UN LUNES SANTO.

Antonio Manuel López Carrión, Carry.

Director Musical de la Banda de CC. y TT. “Nuestro Padre Jesús Cautivo”.
 Fotos Sergio Garcia Cuadrado.